martes, 25 de diciembre de 2012

HOJALATEROS POBRES.POBRES HOJALATEROS.

Siempre que hace frío me acuerdo de los hojalateros.
Llegaban  y se instalaban en la tená de la tía Antonia.
Nunca venía el hojalatero solo,traía a su mujer y una recua de guajes entre 0 y 10 años, todos arrecíos pero con picias que enseñar cuando salíamos de la escuela.!Eran mis héroes!.

El hojalateru arreglaba las botijas de lata, las aceiteras,"estañaba" todos los años la fuentona de cerámica de las rosquillas de mi abuela.(Recuerdo los motivos y las grapas).

Pero sobre todo ponía en orden las varillas de los paragüas grisones,que él ponía un redondel negro en la punta.
 El hojalateru que iba a mi pueblo ni calderu tenía pa hacer el fuego,se le prestaban,le regalaban el carbón y él pasaba allí tres días con toda su familia.

Algo mágico llevaba, que dándolo fuego y vueltas,conseguía reparar todo.!Cuántos asas de baldes estañó!

 Mi madre me dijo que un hojalateru hizo el primer embudu que ella conoció.El mismo que yo que aún existe.

  Eran necesarios y oportunos,pero yo tengo mi recuerdo infantil :!UN RECUERDO!de ellos:

Un carro con una lona de colores a retales tirao por un burro cansao de caminar o de estar muerto de frío, allí quieto en El Medio Lugar.

Lo estupendo fué salir de la escuela y que dos de los hijos de los hojalateros con los mocos colgando, vestidos con un "jarsé" y unas botas raídas, vinieran a reclutar a tres pa ir a ahogar pajarucos ya pillaos.
Me apunté, al principio me daba repelús, pero ahogué pajarucos entre charcos como una valiente en corrales y callejas.

Disfrutamos hasta que la madre del hojalaterucu vino a buscarle pa comer.