lunes, 22 de octubre de 2012

BRAULIA Y SUS BRAULIADAS


 Su hermano me daba un poco de miedo,pero los ojos de ella mucho más,siempre rojos muy rojos;alguien me explicó porqué los tenía así:cierta vez tuvo una gran infección en ellos,el buen Don Marcial le recetó supositorios,y sí!: se aplicó los supositorios a los ojos sin encontrar como "remediar" nunca más aquello.

   Braulia siguió con su vida,ni buena ni mala,la suya.Tenía barba y llevaba siempre la cuchilla con ella ,para afeitarse en cualquier momento y en cualquier arroyo que le pillase a mano.
 Estaba  CASI calva,y ésto tenía mejor solución: pañuelo negro en la cabeza siempre.

 Muy apañada siempre,en su fardela nunca encontrarías labor para coser ni pantalón al que echar una pieza,pero sí un trapucu anudau con sal dentro para dar a sus vacas ( a las que adoraba y ellas a ella), y siempre tortilla de merienda, con el morrillu de pan. Por proximidad siempre nos tocaba guardar las vecerías con los de su casa,cosa que mi padre temía especialmente si tenía que ser con ella, pues a la hora de "comer el bocau", Braulia cogía una horquilla de las que sujetaban su escasísimo pelo, pinchaba un trozo de tortilla y convidaba a mi padre, que muerto de asco rehusaba, a lo que Braulia decía:
        - pero qué raru y negau eres .

A Braulia la conocí al menos tres domicilios ( en un pueblo de una hectárea, más o menos): con sus sobrinos,se cabreaba con ellos y se iba a su casa que yo creo era la más antigua que he conocido: el fuego en una piedra en mitad de la cocina,saliendo el humo por un agujero del tejao,y la cama unas trabancas de haya, medio apolillás con ramos de escoba y dos sacos de paja encima como mullía.Y sí, fué la primera (y la última creo) okupa de mi pueblo: decidió instalarse en casa de Teodora "la rojuca", que vivía en otro pueblo, que la perdonó y compartían períodos vacacionales.

 Ví a Braulia comer alguna vez en la mesa, me llamaba la atención que en mi casa las patatas se comían en un plato y la leche en una escudilla o tazón, pues Braulia todo junto (!puag!), Y además se le caía encima la moquita,lo siento, así era el tema.

Braulia tenía una vaca que se llamaba CASINA (y lo era), adoración sentía esta mujer por el animal, tanto que cuando a la vaca la quedaban como tres semanas para parir,su dueña dormía siempre a su lado en la cuadra,para que no se malograse la cría.

En fin, creo que Braulia nos espera en el VALLE DE JOSAFAT, al menos es lo que nos decía.

martes, 2 de octubre de 2012

OCTUBRE Y LAS PATATAS.


Nunca me gustó este mes, significaba recoger y recogerse.

Terminar de hacer los cachizos y guardarles si había dónde.

 Hacer los hojaos verdes y meterlos en las pajaretas ,(quien  tuviera pajaretas).

    Y recoger las patatas.Casi nunca me tocó el hecho en sí, pues ir a la escuela era sagrado,pero sí el antes y el después: como a las 7 de la mañana, se iba a la tierra con las vacas para que comiesen los tallos y hojas de las patatas,para que el arado entrase más fácilmente a la hora de sacarlas. !Todo el verano intentando que las vacas ni se acercasen, y en Octubre,barra libre!,en fin.
Recuerdo verlas caminar, dejando la huella en el rocío, y echar el vaho por los hocicos, más de una vez me puse delante de la Canela para que me diese calor; llegaban, comían y ya venían mis padres con el yugo y el arao a cuestas,  uncían las vacas en la misma tierra, y ya nosotros a la escuela a las 10 de la mañana.
 Saldríamos,comeríamos,volveríamos y por la tarde llegaba el escogimiento patatil:
        Enanas pa los chones, medianas pa comer o sembrar, estupendas pa vender o regalar, y mi madre  a  la vez que escogía las suyas, controlaba lo que hacíamos el resto y nos mandaba a ayudar a mis abuelos.      
             
!ASCO DE LABOR!.

   Y aquí la masoca : me encantan las patatas!.