martes, 2 de octubre de 2012
OCTUBRE Y LAS PATATAS.
Nunca me gustó este mes, significaba recoger y recogerse.
Terminar de hacer los cachizos y guardarles si había dónde.
Hacer los hojaos verdes y meterlos en las pajaretas ,(quien tuviera pajaretas).
Y recoger las patatas.Casi nunca me tocó el hecho en sí, pues ir a la escuela era sagrado,pero sí el antes y el después: como a las 7 de la mañana, se iba a la tierra con las vacas para que comiesen los tallos y hojas de las patatas,para que el arado entrase más fácilmente a la hora de sacarlas. !Todo el verano intentando que las vacas ni se acercasen, y en Octubre,barra libre!,en fin.
Recuerdo verlas caminar, dejando la huella en el rocío, y echar el vaho por los hocicos, más de una vez me puse delante de la Canela para que me diese calor; llegaban, comían y ya venían mis padres con el yugo y el arao a cuestas, uncían las vacas en la misma tierra, y ya nosotros a la escuela a las 10 de la mañana.
Saldríamos,comeríamos,volveríamos y por la tarde llegaba el escogimiento patatil:
Enanas pa los chones, medianas pa comer o sembrar, estupendas pa vender o regalar, y mi madre a la vez que escogía las suyas, controlaba lo que hacíamos el resto y nos mandaba a ayudar a mis abuelos.
!ASCO DE LABOR!.
Y aquí la masoca : me encantan las patatas!.
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Ese antes y después seguramente son los que marcaron tu carácter, firme y fuerte.
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